No estás entendiendo. No estás entendiendo la gravedad del asunto. Todo esto es un mal sueño. Una pared de siete mil kilómetros. Te engañas, te pintas una realidad achatada, deforme, un huequito de luz. Después la habitación se ilumina de golpe y eres capaz de ver. La dimensión del asunto. Quisiera poner detalles pero no. Mi dolor no se compara al suyo pero mientras más lo sienta, más lo siento. Esto no tiene sentido. Cómo entender lo que no se puede entender. Y en todo hay símbolos pero quisiera que no o no lograr verlos o no insistir con que ahí están. Al infierno y de regreso. “Lo que no cesa de doler, sólo eso queda en la memoria – Lo que realmente subleva ante el sufrimiento no es el sufrimiento en sí sino su carácter absurdo”, copié en un cuaderno.
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