Este año, que ha sido el peor, me evadí felizmente con televisión. Las mejores nuevas series que vi, desordenadamente, fueron las siguientes:
High Maintenance – Un tipo reparte marihuana a domicilio en una bici en Nueva York. Su clientela es gente rara y ocurren situaciones graciosas, y hay humo y sol y parques y un perro que se enamora de su paseadora y la busca por la ciudad entera y luego es adoptado por una banda de punks que lo llaman Grandpa y es éste, creo, el episodio más sublime del año 2016.
Transparent – Una obra maestra queer, judía, californiana, muy blanca, feminista, a veces cínica, a veces extraña, con una cortinilla de inicio que siempre me conmueve, no sé por qué, y Jeffrey Tambor. Jeffrey Tambor como Maura Pfefferman, mujer transgénero. Y su familia de excéntricos, de la que ella es el centro gravitacional, a la manera de Arrested Development. En Letras Libres de enero escribí algo más largo sobre ella.
Atlanta – Donald Glover se llama Earnest, de manera muy wildeana, y vive en Atlanta, Georgia, y Atlanta -la Atlanta negra, callejera- es la presencia más importante de la serie. En algún momento alguien se aparece en un club con un carro transparente y luego atropella a otra persona y hay un video casero de eso. También sale un Justin Bieber negro y un episodio entero es una parodia de un talk show donde sale un puberto negro cuya identidad verdadera es un hombre blanco de 35 años.
Search Party – No negar que Alia Shawkat con el peinado que usé durante el primer semestre del año me atrajo como un imán. Alguien tuiteó que es todo lo que Girls quiere ser y no es, lo cual es una mentira, porque no se parece a Girls salvo en los personajes alienados, de veintipocos, que viven en Nueva York y son graciosos porque son tontos y no se dan cuenta de que son tontos. Dory se propone encontrar a Chantal, una ex compañera de la universidad desaparecida, y su involucramiento se complica y la pone en peligro, y al final el resultado es escalofriantemente estúpido y falto de sentido y deja en el espectador una sensación fría, irreconciliable, desamparada.
The Girlfriend Experience – Es muchas series y muchos géneros y no estoy segura cuál en realidad. Es una hermosa y distante estudiante de leyes que empieza a trabajar como una escort de lujo, y persigue un misterio y un caso de corrupción en la firma donde hace su pasantía y se hace pedicure y faciales y viste elegantes camisas y faldas entubadas y su rostro es sublime y su mirada lo atraviesa todo y es muy lista y hay como una amenaza constante a su alrededor para destruirla. Sobre el sexo y el deseo y el fetiche y el dinero, y erótica y gris y oscura. Riley Keough es un hoyo negro y una droga, y llegar al final de su historia te deja en la perplejidad más grande.
Crazy Ex-Girlfriend – Carcajadas infinitas con los números musicales (es un musical, y yo adoro los musicales). La diversidad y, digamos, perdedorez de sus personajes me recuerda un poco a Community, excepto que aquí es una abogada “rota por dentro” que intenta por todos los medios conquistar a su ex novio de la adolescencia Josh (quien es de ascendencia filipina y tiene un amigo al que llaman White Josh) y se muda a West Covina, California, y allá tiene una nueva mejor amiga que vive a través de su vida romántica y un jefe que descubre que es bisexual y una vecina cool y un pretendiente y una enemiga llamada Valencia. Y todos bailan y cantan. No me quito de la mente:
Sexy Getting Ready Song
https://youtu.be/hkfSDSfxE4o
Group Hang
https://youtu.be/elrDmZxtLtU
y
Boy band made up of four Joshes
https://youtu.be/RPw6sCTh9Q8
Rachel Bloom es excelente.
One Missississippi – Escuché el stand-up de Tig, vi su documental en Netflix y, ahora, la versión novelada de su vida. Ya soy experta en su cáncer, su enfermedad intestinal, la muerte de su madre y su ruptura amorosa. Una mujer de humor muy raro, deadpan, apenas alza la voz, tiene una mirada muy inteligente y concentrada, con su arruga en la frente; se atreve a mostrar el resultado de su mastectomía, sus temas son difíciles y oscuros pero contados con mucha ternura.
Nuevas que vi que me interesaron mas no me arrebataron:
Better Things – Pamela Adlon (“Sam”) y sus hijas, en un formato Louie: fragmentos, escenas descoyuntadas, flechazos, jonrones, relaciones familiares disfuncionales.
Love – Me reí, me pareció honesta en la miserabilidad de sus personajes centrales, me gustó la Los Angeles sucia y barata, que muestre sus puntos con cierta sutileza, ironía y mala leche, me gusta Gillian Jacobs.
Easy – Me pareció buena, interesante, la vegan cinderella espectacular, aburrido el de los hermanos cerveceros, chistosón el de los mexicanos fresas, poético el de la actriz nadadora (Gugu Mbatha-Raw, la otra estrella del capítulo estrella del año, San Junipero) y la posibilidad de soñar, otra vez, con Chicago.
Sensitive Skin – La que hasta ahora conocía como la nueva de Kim Cattrall. Su resumen en Wikipedia: Davina is a woman in her 50s who works in a gallery who has recently moved from the suburbs into an apartment in downtown Toronto with her neurotic husband Al, a pop-culture critic. She finds it difficult to adjust to life as she gets older, worried that her looks are fading and she has done nothing of substance with her life. Gracias a que me metí a Wikipedia, acabo de espoilerearme la segunda temporada. Bien. Lo mejor de esta serie es el esposo Al, Don McKellar (gran descubrimiento). Y Toronto.
Mención especial:
Black Mirror – Este año vi por primera vez Black Mirror y al fin entendí las referencias al primer ministro y el puerco. Creo que la primera temporada es la más perfecta y, como todo el mundo, que San Junipero es un episodio casi casi poético. Pero no suelo especializarme en los géneros de la imaginación, como la ciencia ficción y la fantasía, lo cual lamento pero a la vez me hace pensar que consumo, así, sus obras más acabadas, sus coronas verdaderas.
Series antiguas:
Girls – Aquel episodio donde Marnie se encuentra con su ex novio Charlie, quien ahora es una persona totalmente diferente, medio siniestra, y luego pasan un día y una noche juntos, pasando aventuras raras, es un sueño filmado, hay una presencia fuertemente onírica a lo largo del capítulo, que se recorta limpiamente de los otros, como si lo ocurrido detentara el estatuto de lo improbable o lo prescindible. Además, Shoshanna en Japón. Shoshanna enamorada de Japón, y luego cansada de Japón. El momento en que Hannah descubre lo que pasa entre Jessa y Adam. Girls es refinada, inteligente y divertida.
BoJack Horseman – Me encantó la primera temporada, me encantó la segunda, el episodio bajo el agua, la asexualidad de Todd, los caballos galopando en la pradera, Secretariat, todo eso.
Unbreakable Kimmy Shcmidt – No recuerdo mucho de esta temporada excepto reírme mucho otra vez.
Game of Thrones – Otra temporada llena de sangre, hielo, fuego, dragones, etcétera.
Narcos – El año pasado me tardé meses en terminar la primera temporada. Esta vez la consumí rápida, intensamente. Adoro a Pedro Pascal y adoro Colombia y el acento y la cara de Wagner Moura y los acentos logrados de los mexicanos que interpretan colombianos, pero no los que ni siquiera se esfuerzan -como Bichir-.
Club de Cuervos – Hugo Sánchez, el “hola, prim”, los elotes con mayonesa, el Potro, el “a ver, de qué chillan”, la fiesta en Acapulco, el acento norteño fresa, perdón, me carcajeé mucho y muy largo.
La serie que no me gustó:
Stranger Things – La vi casi por disciplina (¿se puede ser disciplinado en la pereza?). No me interesó, no me produjo nada, me aburrí bastante, su mezcla de géneros apenas me interesa y encuentro mayor satisfacción en otros productos que explotan la nostalgia por los ochenta.
Relleno:
Gilmore Girls – Un comentario para los nuevos episodios de Gilmore Girls:
(qué horror: pensar que mi hermana y yo veíamos cada capítulo en Warner, que la abandoné alrededor de la quinta o sexta temporada, que volví a verla en Netflix y me quedé en la tercera y ya no quise avanzar, que alguna vez me reí y me interesé. Pero: es un gusto conocer a la Rory fracasada).
Mr. Robot – Alaíde me prestó la primera temporada en DVD y llegué al capítulo cinco y no he continuado.
Orange is the new black – ¿Este año fue que nos mataron a Poussey?
Portlandia – Favorita. La macrohistoria de una ciudad entera. Las historias de Nance y Pete, de Nina y Lance, de Candace y Toni, de Dave y Kath, del mayor, de los ecoterroristas, de los goths.
No terminé: Horace & Pete, The Get Down
Quiero ver: You’re the Worst (corrección: vi dos y jamás quiero volver a ella). Terminar: Broad City. Empezar: Insecure.
Corolario:
En el diario de Alejandra Pizarnik me encontré con esta frase:
La televisión es un estupefaciente inofensivo para burgueses introvertidos.
.
.